La Unción de los Enfermos.
Este Sacramento consta en la Palabra de Dios, que nos dice: "¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unján con óleo en el nombre del Señor. Y la oracion de fe salvará al enfermo, y el Señor lo reestablecera, y, si hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5, 14-15). Administrada también con una unción, un masaje, es el encuentro de Cristo con el enfermo, al que cura si conviene, le conforta en la agonía o lucha final, le perdona todo el resto de pecado y le da los últimos toques a la Gracia, para que se presente dignamente ante Dios.
La Unción de los Enfermos es la preparación más bella en que soñamos para nuestra muerte. Y es el mayor bien que podemos procurar a nuestros familiares y amigos cuando les llega la hora. Para ello, hay que procurar que se reciba con pleno conocimiento. El enfermo, entonces, robustecido con la fuerza de Cristo, mira y espera la muerte con Paz, Serenidad y Confianza Total.
Este Sacramento consta en la Palabra de Dios, que nos dice: "¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unján con óleo en el nombre del Señor. Y la oracion de fe salvará al enfermo, y el Señor lo reestablecera, y, si hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5, 14-15). Administrada también con una unción, un masaje, es el encuentro de Cristo con el enfermo, al que cura si conviene, le conforta en la agonía o lucha final, le perdona todo el resto de pecado y le da los últimos toques a la Gracia, para que se presente dignamente ante Dios.
La Unción de los Enfermos es la preparación más bella en que soñamos para nuestra muerte. Y es el mayor bien que podemos procurar a nuestros familiares y amigos cuando les llega la hora. Para ello, hay que procurar que se reciba con pleno conocimiento. El enfermo, entonces, robustecido con la fuerza de Cristo, mira y espera la muerte con Paz, Serenidad y Confianza Total.