¿Y EL INFIERNO? ¿QUÉ DECIR DE ÉL?
También sombólicamente, llamamos Infierno al lugar y estado en que serán castigados eternamente los que murieron en enemistad de Dios por el pecador mortal: "Apartense de mí, malditos, vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25, 41), será la sentencia de Jesucristo a los condenados. Al hablar Jesús del castigo eterno, siemple emplea la palbra "fuego". ¿Real? ¿Simbólico?... Tanto nos da. Se trata de un fuego real, aunque misterioso, que vindicará la justicia de Dios para siempre. "¡Es horroroso caeren las manos del Dios vivo!"(Hebreos 10, 31).
Nadie duda de que hay pecados que cierran para siempre las puertas de la salvación. Sin enumerar todos, San Pablo nos da una lista impresionante. "En cuanto a las consecuencias de esos desordenados apetitos, son bien conocidas: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, discordias, rivalidad, ira, egoísmo, disensiones, cismas, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes. Los que hacen tales cosas, se lo repito ahora como se lo dije antes, no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5, 19-21).
También sombólicamente, llamamos Infierno al lugar y estado en que serán castigados eternamente los que murieron en enemistad de Dios por el pecador mortal: "Apartense de mí, malditos, vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25, 41), será la sentencia de Jesucristo a los condenados. Al hablar Jesús del castigo eterno, siemple emplea la palbra "fuego". ¿Real? ¿Simbólico?... Tanto nos da. Se trata de un fuego real, aunque misterioso, que vindicará la justicia de Dios para siempre. "¡Es horroroso caeren las manos del Dios vivo!"(Hebreos 10, 31).
Nadie duda de que hay pecados que cierran para siempre las puertas de la salvación. Sin enumerar todos, San Pablo nos da una lista impresionante. "En cuanto a las consecuencias de esos desordenados apetitos, son bien conocidas: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, discordias, rivalidad, ira, egoísmo, disensiones, cismas, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes. Los que hacen tales cosas, se lo repito ahora como se lo dije antes, no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5, 19-21).