Jóvenes de 14 a 17 años de edad, El Salvador, San José de la Montaña, escríbenos a: jovenesparacristo.jpc@gmail.com
FE Y VIDA

Ser hijo o hija de la Iglesia significa ante todo, estar orgullosos de nuestra Madre. Ya sabemos que la iglesia en su elemento humano y mientras camina por este mundo, siente la miseria de muchos hijos suyos, que somos nosotros.



Es así pero tambien sabemos que un día al triunfar totalmente la Gracia sobre nuestras debilidades, la Iglesia aparecerá ante Cristo como su: "Esposa Santa e inmaculada, radiante de hermosura, sin mancha ni arruga que desluzca su hermosa faz" como asegura San Pablo: (Efesios 5, 27)



Hoy la Iglesia catolica es atacada por todos sus costados, igual que lo ha sido siempre, y lo será hasta el final. La Iglesia católica que conserva el Espiritu de Cristo y que es el mismo Cristo continuado en el mundo, sentira siempre como gran gloria suya, el zarpazo de la fiera. Ya nos dijo el Señor: "Si a mi me han perseguido, tambien les perseguiran a ustedes" (Juan 15:20) Y nos atacarán con la mayor persecución de todas, como es incitando a la apostasía de muchos hijos suyos, de las que ya nos previno San Pablo: "Se introduciran entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. De entre ustedes surgiran hombres que enseñaran doctrinas perversas y arrastrarán discipulos detrás de sí !Estén alerta!" (Hechos 20, 29-31) "Es inevitable que surjan entre ustedes divisiones, así se demuestra quienes son los fieles de verdad" (1 Corintios 11:19)


No creamos en una Iglesia que no es perseguida, calumniada, denigrada, desgarrada por los que se van de ella... Esa iglesia no perseguida, no es la iglesia de jesucristo, como el Espiritu de Cristo y el mundo no se podrán cansar jamás. Jamás el mundo tampoco dará paz a la Iglesia verdadera y dejará de hacerle guerra. La Iglesia que exige de nosotros amor, pide tambien a cada uno fidelidad, entrega, trabajo para trabajar todos en la consolidación y expansión del Reino de Dios instaurado por Jesucristo, hasta que llegue a su consumación al final de los tiempos. No trabajar nada por la Iglesia es demostrarse un cristiano muy flojo, demasiado flojo.

"Iglesia peregrina de Dios... somos en la tierra semilla de otro Reino, somos testimonio de amor. Con qué ardor lo cantamos en nuestras celebraciones!
¿no
es así?....