Dios es un Ser que existe por Sí mismo desde siempre, absolutamente simple Espíritu, infinitamente perfecto, Creador de cielo y tierra, y soberano Señor de todas las cosas.
Nuestras vidas simplemente no serían sin Dios, Él nos enseño a mirar a las personas, a preocuparnos por ellas, nos enseño a verlas envueltas en sus propias búsquedas y en sus propias vidas y problemas. Somos lo que somos porque tenemos una relación con Dios, porque lo conocemos o queremos conocerlo.
Es más que una ética, más que un concepto, porque un concepto no te acompaña toda la vida, no te transforma profundamente y cuando deja de ser válido, deja de ser válido, y aun en nuestras dudas y alejamiento de Dios se sigue sintiendo y se sigue anhelando.
Es más que una interacción psicológica, porque tiene trascendencia, escapa lo predecible y transforma la realidad
Dios impacta nuestras vidas como solo El lo puede hacer, nos ha enseñado a amar, nos ha enfrentado con nuestros miedo, hace que nos demos cuenta de la realidad, de nuestras virtudes y defectos, nos enseña qué es el pecado.
Otro aspecto muy importante es que nos hace salir de nosotros mismos, para ir el encuentro de los demás, para ir a Su encuentro, El está en cada detalle de nuestras vidas y quiere que nos sintamos amados, quiere que nos demos cuenta de eso, que en ningún momento se nos olvide que El está ahí, que nunca lo dejo de estar y nunca lo hará.
Vivimos en una comunicación constante con Dios. Porque Él lo llena todo
De aquí viene la realidad de la oración. ¿Cómo es posible no hablar nunca con el que estamos en contacto constante? ¿Y cómo no va a ser la oración lo más fácil del mundo, si el Dios que nos rodea es todo oídos y todo boca, en diálogo constante con sus criaturas?
Vivimos dependientes de Dios, que está siempre para nosotros. Dios está totalmente volcado sobre nosotros, tanto en las cosas de este mundo, como en las que tocan a la vida eterna. De su mano nos viene todo bien. Lo que tendremos después de la muerte, lo tenemos ya ahora. No lo vemos, pero lo sentimos, lo llevamos dentro por medio del Espíritu Santo que se posa sobra nosotros.
Entonces, nuestra confianza en Dios es inconmovible. Vivimos en Dios, hechos una sola cosa con Él. unidos como el hierro penetrado por el fuego puricante de su Amor, esa es la realidad en la existimos si vivimos ahora sumergidos en la Gracia de Dios.
…Dios existe, entonces hay algunas verdades que no se pueden ignorar respecto a Él. Dios no sabe amar si no de una sola forma: infinitamente, Dios no sabe odiar, Dios no sabe “no amar”, Dios no sabe ser “indiferente”. Se anularía a sí mismo si dejase de amar, porque Dios es amor. Si dejase de amar alguna de sus creaturas, ya no sería Dios. Él lo rige todo, desde el movimiento de los astros hasta el más simple vuelo de un insecto de una a otra flor. Nada se le escapa, Él ama a cada ser, a cada objeto y a cada vida que ha creado, ama a todos de la misma manera. Jesús quiere ser nuestro amigo. Quiso estar tan cerca de nosotros y hacernos conocer personalmente su vida, que para lograrlo, decidió hacerse hombre sin dejar de ser Dios. Se encarno en nuestra historia para hablarnos no solo con palabras, si no con su misma vida “similar a la nuestra en todo, menos en pecado”.
Jesús quiere estar con nosotros, el desea vivir con nosotros y entre nosotros, para hacer una vida con nosotros, quiere hablarnos, para trasmitir su mensaje. Tiene en efecto, un gran mensaje para nosotros: “Yo estaré con ustedes hasta el fin de los siglos”
Lecturas:
(Salmos 145:18) (Salmos 147:5) (Salmos 119:130,105)
(Juan 4:16) (Hechos 17: 28) (Mateo 6: 26-30)
“Hijo mío, el bienaventurado en el Cielo no estará unido a mí como un amigo con su amigo, sino como el hierro penetrado por el fuego” (Dios a San Pablo de la Cruz)
¿Pensamiento? Sólo Dios. ¿Deseo? Sólo Dios. ¿Amor? Sólo Dios. ¿Preocupación? Con sólo Dios tengo bastante y me sobra todo lo demás. (Beato Diego José de Cádiz)
Preguntas:
¿Quién es Dios para Mí?
¿Que quiero que sea Dios en mi vida?
¿Qué somos nosotros para Dios?
¿Qué es lo que Dios quiere de mi, y que es lo que le he dado durante mi vida como cristiano?
¿Qué le quiero dar a Dios?
¿Cómo le voy a servir y que puedo hacer para empezar a hacerlo?