¿Cómo podemos perdonar? Recordando cuánto nos ha perdonado Dios. Es así de simple. El perdón no se da porque una persona la merezca -si lo mereciéramos ya no sería realmente perdón.
Cuando perdonamos, damos un caro regalo, como Dios nos lo hace a nosotros y no podemos controlar de qué manera la otra persona lo usará ese regalo, bien o mal. Pero podemos rechazarlo para seguir encadenados al pasado a través de los lazos de la ira y el juicio.
La ira es un acido que destruye a quien lo contiene. Perdonamos cada año porque necesitamos hacerlo para estar saludables. Pedimos perdón porque lo necesitamos incluso más.
(Mathewes-Green)
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